lunes, 21 de agosto de 2017

El insomnio: un enemigo peligroso para tu corazón


El insomnio crónico disminuye nuestra calidad de vida y puede llegar a desencadenar problemas cardiovasculares, por lo que es muy importante estar atentos y ponerlo en conocimiento del especialista
Que el insomnio nos quita calidad de vida es algo que todos sabemos. Nos obliga a levantarnos cansados, sin haber recuperado las suficientes energías.

Ahora bien, según un trabajo publicado en la revista European Heart Journal, las personas que sufren de insomnio crónico tienen mayores probabilidades de sufrir algún problema cardíaco.

Te doy toda la información en el siguiente artículo, ofreciéndote además sencillas pautas para que puedas combatirlo.

El insomnio crónico tiene consecuencias en nuestra salud
Los responsables de este estudio nos señalan algo importante: sufrir insomnio de modo continuado no significa que vayamos a tener un infarto al 100%, es decir, NO es una relación causa-efecto.

Lo que significa es que tenemos “mayores probabilidades” de sufrir algún problema cardíaco, y ello obliga a su vez a las instituciones médicas a poner en marcha estrategias de prevención con las cuales evitar consecuencias graves.

Con ello nos concienciamos, sin duda, de que el insomnio no es cualquier cosa y que, de sufrirlo de forma regular, deberemos ponerlo en conocimiento de nuestros médicos de atención primaria.

También es importante saber que, muchas veces, los problemas cardíacos cursan de forma asintomática, de ahí la importancia de estar atenta a esas consecuencias que sí podemos percibir en el día a día:

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Cansancio matutino. Nos cuesta mucho “ponernos en marcha”.
Dificultad para poner atención en las cosas.
Notamos lentitud motora: nos pesan las piernas, no reaccionamos a tiempo, lo cual puede ser un riesgo por ejemplo a la hora de conducir.
Nos cuesta también mucho tomar de decisiones de forma rápida.
Empezamos a tener pequeñas pérdidas de memoria.
Posibilidad de que aparezcan algunos cambios sensoriales como la reducción del campo visual o la ralentización del habla.
Perdemos un poco la capacidad de ser creativos y originales… Nuestro cerebro se encuentra “cansado” y se nota incluso en la falta de humor.
El insomnio y nuestra salud cardíaca
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Volvamos a las referencias dadas por el estudio publicado en la revista European Heart Journal.

La investigación llevada a cabo para obtener esta conclusión duró cerca de 11 años y se estudiaron los casos de más de 54 000 personas entre los 20 y los 89 años.

Se les controló el colesterol, la presión arterial, la presencia de diabetes, el peso, etc.
Tomaron nota de sus estilos de vida, valorando también posibles síntomas de depresión y ansiedad, así como los antecedentes cardiovasculares.

Se vio que estas personas, las cuales sufrían insomnio continuado, tenían el triple de posibilidades de desarrollar un problema cardíaco, en comparación con la población que sí disfrutaba de un sueño reparador.
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Conclusiones del estudio
Los científicos afirman que deben hacerse más pruebas para obtener datos más claros, si bien estas primeras pruebas ya les han dado una pista de que, posiblemente, el origen esté en hormonas como la adrenalina.
Este tipo de hormonas suelen aparecer en el organismo ante estados de cansancio o excitación obligando a trabajar más al corazón. Suben la tensión, se consume más oxígeno y, en consecuencia, los músculos cardíacos acaban sobrecargados.
Según el doctor Julián Villacastín, director del Instituto de Cardiología de este Hospital Clínico San Carlos, de Madrid (España) “la alteración de los transmisores implicados en el sueño acaba desarrollando insuficiencia cardíaca”.
La enfermedad más frecuente que suele aparecer a causa del insomnio es la insuficiencia cardíaca como, por ejemplo, el infarto de miocardio o lesiones en alguna válvula cardíaca.
Los factores que pueden influir en el desarrollo de problemas cardíacos son los siguientes:
Tener antecedentes familiares
Padecer hipertensión
Diabetes
En el momento en que pacientes con estos síntomas padecen insomnio, el riesgo de un problema cardíaco se multiplica por tres.


Claves sencillas para combatir el insomnio

1. Conoce en primer lugar la causa del insomnio
¿Se debe al estrés? ¿A algún problema emocional? ¿Sufres de piernas inquietas? ¿Padeces de dolor articular nocturno? En ocasiones, algunas enfermedades pueden ocasionarnos problemas de sueño y debemos conocer esta posibilidad.

2. Pequeños cambios hacen mucho
Todo es cuestión de ir probando. El hacer pequeños cambios y, sobre todo, mejorar nuestros hábitos de vida pueden sin duda ayudarnos a combatir el insomnio.

Toma nota de estos consejos:

Cuida tus horarios y sé regular. Intenta cenar 2 horas antes de ir a dormir, e ir a la cama siempre a la misma hora. 

Sal a caminar, como mínimo, tres o cuatro horas antes de ir a dormir. Si hacemos ejercicio físico media hora antes de acostarnos, estaremos demasiado excitadas. No es recomendable.

Lo ideal es que, dos horas antes de ir a la cama, cerremos y apaguemos todos los aparatos electrónicos, dejemos de consultar el móvil o el ordenador y nos relajemos.

Date una ducha caliente, hazte una infusión de valeriana y lavanda, coge un libro y “libera tu mente”.

Ten en cuenta que para conseguir un sueño adecuado, la temperatura del la habitación debe ser baja. Se duerme mejor entre los 15 ºC y los 21 ºC. 

El colchón debe ser cómodo, ni muy duro ni muy blando, que se adapte a nuestro cuerpo.

Para concluir, recuerda que si padeces insomnio crónico, debes ponerlo en conocimiento de tu médico no solo para que te ofrezca un buen tratamiento, sino para que te haga controles periódicos y cuidar así de tu salud general.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Consecuencias de dormir en un colchon viejo

Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, por eso debemos cuidar la calidad de nuestro descanso. Te contamos las consecuencias para la salud de un colchón viejo.


Aunque lo recomendable son 7-8h de descanso cada noche hay personas que duermen menos pero descansan bien. Sin embargo hay otras que duermen más y se levantan casi más cansadas que cuando se fueron a dormir. Aunque hayan podido dormir más horas que el primer grupo no ha habido un buen descanso. ¿A qué es debido? Dejando de lado las diferencias individuales uno de los factores que más influye en el descanso de nuestro cuerpo es tener un soporte adecuado. Por otro lado, si te sientes fatigado durante el día a pesar de que duermes el número de horas correctas empieza a dudar de la calidad de tu colchón.
¿Qué consecuencias nos produce en nuestra salud?

1- Dolores de espalda y problemas en la columna vertebral.

Dormir en una cama con un colchón abollado o hundido nos causará dolores musculares y es nefasto para la espalda. Es debido a que nuestra columna vertebral se dobla y los músculos de alrededor se tensan.
El lumbago es la segunda enfermedad que produce más absentismo en el trabajo (después del resfriado). Si cuando te acuestas te levantas de la cama con dolor es cuando te darás cuenta de que ya es hora de cambiar de colchón. Si no te lo puedes permitir de momento voltéalo temporalmente.

2- Se alteran los patrones de sueño.

Si dormimos sobre un colchón viejo y desgastado vamos a dar más vueltas en la cama porque aunque nosotros no nos demos cuenta nuestro cuerpo notará que está incómodo. Como consecuencia, cuando nos levantemos de la cama al día siguiente nuestro cuerpo estará fatigado porque no ha habido un buen descanso.
Los problemas de espalda son una de las principales consecuencias de un colchón inadecuado
Por lo tanto, tener en la cama un soporte inadecuado trae consigo todos los problemas que se asocian al insomnio: baja capacidad atencional, ojeras, ansiedad, debilitación de nuestro sistema inmune, perdemos brillo en nuestra piel... Incluso aumenta el riesgo de padecer dolor en las articulaciones y posible artritis. ¡Cuidado!

3- Empeoramiento del asma y reacciones alérgicas.

Los colchones viejos acumulan una mayor cantidad de ácaros que los relativamente nuevos. Si sufres asma o tienes algún tipo de alergia tendrás que cambiar de colchón, ventilarlo y darle la vuelta más frecuentemente. Compra también una buena funda especial para los ácaros del polvo. Un colchón de más de 7 años puede llegar a contener más de 2 millones de ácaros por centímetro cúbico. Si eres asmático notarás que aumenta tu tos, haces ruido al respirar y notas calor en el pecho. Tendrás que plantearte el cambiarlo.

4- Conjuntivitis y dermatitis.

Relacionado con lo anterior. Un colchón viejo acumula ácaros más fácilmente. Estos a su vez producen enfermedades infecciosas como la conjuntivitis. Sospecha de tu colchón si notas picor y enrojecimiento de ojos al meterte en la cama. Estate también alerta si lo notas en la piel.

Cómo saber si tengo que cambiar de colchón
Los expertos recomiendan cambiarlo aproximadamente cada 10 años. Sin embargo, dependiendo de nuestras circunstancias vitales podría ser recomendado hacerlo antes. En un periodo de 10 años pueden pasar muchas cosas: crecemos, subimos o bajamos de peso, las mujeres pueden quedarse embarazadas, caemos enfermos y de repente tenemos que pasar más tiempo en cama, podemos sufrir accidentes o lesiones y una parte de nuestro cuerpo requiere un cuidado especial... Dependiendo de nuestro estilo de vida tendremos que considerar un cambio temprano del colchón.

-Tu colchón tiene 8-10 años. Como hemos dicho antes, el tiempo de vida dependerá básicamente de la calidad del colchón que compraste en su momento, del uso que le hayas dado, de tus características corporales e incluso de los materiales con los que está hecho.

Si el colchón que compraste se abolla o hunde cuando está en periodo de garantía tendrás derecho a que te lo cambien por uno nuevo porque se considera un fallo de fabricación. Sin embargo, si aparecen pasado ese periodo puede que simplemente sea por el uso que se le dio. Los colchones necesitan unos cuidados mínimos como darles la vuelta 3 o 4 veces al año, ventilarlos o buscar unos somieres adecuados, que se adapten al tipo de colchón.

-Tus hijos han crecido. Las necesidades de un niño pequeño no son las mismas que las de un adolescente, por eso el colchón debe de ser también diferente. Infórmate sobre que tipo de colchón es el mejor para tus hijos, el que mejor se adapte a su peso y forma corporal.

 Los ácaros que se acumulan en un colchón viejo pueden agravar el asma
-Has experimentado cambios físicos. Como decíamos antes, si eres mujer y te has quedado embarazada plantéate cambiarlo. Así mismo cualquier persona que haya engordado o adelgazado una cantidad importante de peso también tendrá que hacerlo. El colchón que usamos debería cambiarse según las diferentes etapas de la vida que estemos viviendo.

-Aprovecha una mudanza. Hay personas que aprovechando que se van a vivir a otro piso deciden cambiar de colchón. Es una buena oportunidad para ello porque muchas tiendas ofrecen regalos o descuentos en colchones al comprar los muebles nuevos. Puedes renovar tu colchón por menos dinero. Sin embargo, antes de aceptar a ciegas infórmate sobre el tipo de colchón que quieren regalarte (o sobre el que te quieren hacer descuento). Normalmente son colchones "predeterminados" hechos con materiales baratos, quizá no sean aptos para el descanso diario. En ese caso, deberías dejarlos para el cuarto de invitados (ya que son camas que van a ser utilizadas con menos frecuencia).

Cómo escoger un colchón adecuado
A la hora de elegir un colchón tenemos que cuidarnos de aquellos que son baratos y de calidad dudosa. Es mejor pagar un poco más y asegurarnos que el colchón que compramos va a proteger nuestra espalda y músculos. No podemos dormir en un colchón blando porque nuestra columna no estaría lo suficientemente sujeta. Lo mejor es escoger un colchón firme pero no demasiado duro, lo ideal es una dureza media. Además hay que compensar la dureza del colchón con el soporte del mismo.

No todos somos iguales y cada persona tendría que tener un colchón adaptado a él, pero como la mayor parte de las veces esto es imposible lo que acaba sucediendo es que somos nosotros los que terminamos adaptándonos al colchón y a la cama. La mejor solución es probar los colchones directamente en la tienda. Túmbate sobre él (con cuidado de no mancharlo) y estira las piernas. Tienes que notar que tu espalda y zona lumbar está totalmente apoyada sobre el colchón, que no se forma ningún arco extraño por encima del colchón.