lunes, 8 de julio de 2013

Duermes o descansas

Cuida tu espalda durante el sueño

Muchas de las actividades de nuestro día a día pueden suponer un exceso de tensión en la espalda, incluso aquello que no pensamos que puedan hacer sufrir a nuestra espalda. A corto plazo, estas actividades puedan dar lugar a dolores menores, a la larga, pueden provocar dolores de espalda crónicos. Por ejemplo, algunas personas nunca relacionan el dolor que sienten en la espalda por la mañana con nuestra postura al dormir. Podéis seguir estos consejos para mejorar el cuidado de vuestra espalda durante el sueño.

La cantidad de descanso que se obtiene durante cada noche es importante, y depende de la posición que tengamos durante el sueño, dormir en una mala posición o en un colchón sin apoyo puede causar dolor de espalda.
Algunos consejos:

  • Aquellas personas que duermen boca arriba deben colocar almohadas debajo de sus rodillas.
  • Aquellas personas que duermen de lado deben colocar almohadas entre las rodillas para mantener su columna vertebral en una posición neutral.
  • Dormir boca abajo hace que el cuello y la cabeza tengan que girar y esa postura puede suponer un estrés excesivo en la parte posterior.

¿Cuándo fue la última vez que compraste una cama nueva?
Muchos de los dolores de espalda relacionados con el sueño son causados por un colchón demasiado suave. En la mayoría de los casos, sin embargo, añadir una tabla de madera con un colchón demasiado blando no va a solucionar el problema, el espacio que hay entre la tabla de madera y nuestra espalda no es lo suficientemente duro como para mantener una postura correcta.
¿Que colchón elegir?
Es una decisión personal, pero teniendo en cuenta la cantidad de horas que pasamos en la cama deberíamos plantearnos su compra como una elección preferente. Existen colchones de agua, de aire y más convencionales, con ventajas y desventajas, elegir uno u otro depende única y exclusivamente de nuestras preferencias y nuestro presupuesto.
Sea cual sea la elección, medir el grado de apoyo de nuestra espalda sobre el colchón es primordial, con la ayuda de un amigo, nos acostaremos en la postura en la que solemos dormir y este nos podrá ayudar a tomar la decisión. Imagina una línea que paso por la oreja, el hombro y la cadera, si la línea es recta, entonces la cama está bien para ti. Si compartimos la cama, deberemos tener en cuenta el peso de la otra persona ya que este puede hacer variar esta línea.
Estirar antes de levantarse:
Nuestro cuerpo es una maquina maravillosa. Al dormir, se desplaza la sangre y el calor de los músculos de la espalda termina en nuestros órganos vitales, como riñones, el hígado, el estomago u otros órganos que la necesitan para mantenerse activos durante toda la noche. Cuando te levantas por la mañana, la falta de flujo de sangre y el movimiento de la columna vertebral hace que sea vulnerable a las tensión que se producen e incluso a esguinces.
Una de las cosas que podemos hacer para reducir el riesgo de lesiones de espalda es estirar justo antes de levantarnos. Estirar favorece que la sangre se desplace hasta los músculos de la espalda. Podemos intentar algo tan simple como estirar nuestros brazos por encima de la cabeza intentando llegar tan lejos como podamos, boca arriba y con las piernas estiradas. Lo siguiente que haremos será girarnos hacia el lado de la cama por el que solemos bajarnos, poco a poco iremos acercando las rodillas hacia nuestro pecho sin separar las piernas de la cama. Tras este movimiento y ayudándonos de nuestros brazos nos incorporaremos poco a poco hasta sentarnos sobre la cama.
Recuerda que tu espalda está despertando, así que dale tiempo y deja que los músculos vayan tomando temperatura para poder afrontar así cada día con más fuerza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario